Si ya ha llegado el
momento de que vuestros bebés empiecen a comer fruta, puede que tengáis suerte
y la acepten a la primera o puede que como a muchos los nuevos sabores les
causen desconfianza y les cueste acostumbrarse.
En el post de hoy quiero hablaros del
reflujo esofágico. Mario lo padece desde el primer día, pero con algunas pautas
básicas y la correspondiente medicación, los bebés apenas se sienten afectados.
No se vosotr@s, pero mis peques son muy
inquietos y tras 10 minutos en cualquier parte, ya se han agobiado. Así, debo
estar continuamente cambiándolos de sitio para evitar gritos y lágrimas.
Durante los primeros meses estaban limitados a hamaca, cuna, carro y brazo,
pero ahora que ya se mueven más (y pesan más) hemos tenido que innovar un poco.